Muchos pisos pequeños, además carecen suficiente luz natural, y como consecuencia, parecen aún más diminutos. Sin embargo, todo se puede solucionar, y para paliar este pequeño problema una buena solución, es colocar espejos en las estancias principales de la casa. Como normalmente, en este tipo de pisos, la cocina y el salón comparten espacio, no nos debe importar poner un espejo en cada una de ellas, para crear una mayor sensación de amplitud.
El pasillo es otra de las zonas de la casa donde suele quedar muy bien un espejo, para crear una sensación de profundidad, consiguiendo con ello que parezca más grande. Y, por supuesto, el dormitorio, para ganar luminosidad. En él, lo ideal es colgarlo en la pared donde se apoya la cama, o bien sobre una cómoda, o consola, creando una especie de tocador, para arreglarnos antes de salir de casa.
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¿Cómo lográis dar amplitud a vuestras casas?
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